María Martínez Sanmartín

MARÍA MARTÍNEZ SANMARTÍN

El pasado 6 de noviembre lo conseguí: conseguí que mi nombre estuviese entre los mejores de lo que a día de hoy considero mi pasión, que es mi profesión.

Esto no ha hecho más que empezar y una nueva etapa se abre, pero esto me recordó algo que ya me enseñó el Luzca y es que todo esfuerzo tiene su recompensa.

Entré al colegio para hacer la secundaria y es verdad que mi nivel académico era un poco inferior al que llevaba el colegio en ese momento, pero con ayuda de esa gran familia fui poco a poco cogiéndome al carro. De aquella etapa guardo muy buenos recuerdos y unas buenas bases que a lo largo de los años me han servido de gran ayuda. Me acuerdo que el último año estaba asustada por no hacer lo que la mayoría de mis amigos iban hacer, pero sabía lo que quería.

Empecé hacer un grado medio de peluquería en el IES Patacona con intención de hacer un grado superior y hasta un master de imagen personal, hasta que descubrí a través del salón donde hice las prácticas (Desancho estilistas), unos de los mejores salones que tenemos en valencia, que la peluquería nos es el típico salón al que estamos acostumbrados. De repente, todas mis ideas cambiaron, me gustaba tratar con la gente, me gustaba lo ”perfeccionista” que hay que ser para hacer un corte realmente bien, y me fascinaba el poder de matizar colores cuando controlas los reflejos de color.

Allí empecé a escuchar unos premios de peluquería que no sabía ni que existían, pero solo de ver lo que se podía llegar a hacer con nuestras propias manos me dejó fascinada. Fueron pasando los meses y a mi sinceramente se me fue la idea de seguir estudiando porque sabía que la mejor academia que podía tener era aquella, y llamarlo suerte o como queráis, pero gracias a aquello conocí a Christian Vendrell, el que es mi jefe a día de hoy, un gran referente y gran apoyo.

Me salió la oportunidad de irme con él a su salón (Identity) como ayudante, al principio no os lo voy a negar que tuve mis dudas de si valía para ello, pero fue pasando el tiempo y cada vez fui aprendiendo más y más, y sabéis eso que dicen que cuanto más sabes y más confianza tienes más te gusta, pues sin ir más lejos eso me fue pasando a mí. A los meses de empezar allí empezamos con las colecciones y fui a mi primera sesión de fotos con la colección que habíamos estado preparando todo el equipo los meses previos, y lo que salió fue una maravilla, nos clasificamos finalistas y con esa misma colección unos meses más tarde a Madrid a la final, yo era la novata y aquello era como un sueño, los demás ya llevaban más experiencia de años anteriores pero esa sensación en realidad no se pierde nunca y por fin 5 años después de aquella primera vez, me tocó el turno. Por febrero empezamos a buscar ideas que nos pudiesen inspirar y con ayuda de Christian, y todo el equipo de la pelu y el equipo creativo, en mayo sacamos una colección a la que llamamos “EVOLUTION” y que llevaba mi nombre. Tras una votación anónima de todos los socios del club Fígaro, en julio, esa colección pasó a ser finalista en la categoría de joven revelación. Y en noviembre teníamos que presentar en pasarela. Creo que aquel día le pusimos tanto empeño, cariño y dedicación que nos dieron el mejor premio que podíamos obtener, no fue al que me habían clasificado como joven revelación, fue a mejor pasarela. Ese premio se elige ese mismo día por un jurado y juegan todas las categorías, y allí estaba mi recompensa y la de todos mis compañeros.

En ocasiones como estas te das cuenta de los valores tan importantes que te han llegado a inculcar. A día de hoy y como he dicho antes, esto acaba de empezar y empezamos con nuevas colecciones con la misma ilusión o más que las anteriores y seguimos trabajando nuestros clientes en el salón al 200%.

El mejor consejo que me dieron a mí es el que os voy a dar a vosotros: luchad por vuestros sueños y salid de vuestra área de confort, os aseguro que es alucinante.

Un beso enorme.

María Martínez Sanmartín.